José Manuel Estrada nació en Buenos Aires el 13 de julio de 1842; quedó huérfano a muy temprana edad, y de su educación se hizo cargo su abuela, Carmen de Liniers.
En su educación formal aprendió filosofía, teología, religión y humanidades. A través de esta enseñanza, Estrada se formó como un férreo católico, al punto que sería la defensa de este dogma la que lo llevaría a destacar como político.
En 1858, al finalizar sus estudios primarios, recibió un premio en el concurso de historia del Liceo Literario, por su obra relativa al descubrimiento de América. Este estímulo hizo que orientara su formación autodidacta a los asuntos históricos, que luego lo convertiría en uno de los más destacados historiadores argentinos.
Fue uno de los intelectuales más resaltados de la segunda mitad del siglo XIX, además de ser uno de los más eminentes oradores de nuestro país en esos años. Fue historiador, de formación autodidacta, católico combativo, periodista y político encumbrado.
En el comienzo de sus estudios, además, Estrada emprende su actividad como periodista y redactor de La Guirnalda, Las Novedades y La Paz; logrando gozar ya de un profundo reconocimiento, a pesar de su juventud.
Por su desempeño Sarmiento lo nombró Secretario de Relaciones Exteriores, y le encargó la enseñanza de Instrucción Cívica en el Colegio Nacional, donde ya enseñaba filosofía. Poco después, en 1869, fue nombrado Jefe del Departamento General de Escuelas, cargo en el que permaneció sólo un año.
En 1874, se hizo cargo de la Dirección de Escuelas Normales, y del Decanato de la recién creada Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Es de destacar este altísimo honor, teniendo en cuenta que Estrada no tenía título profesional alguno, pese a ser un intelectual de primer orden dentro del panorama del pensamiento argentino de la época.
Dictó, también, clases de Derecho Constitucional y Administrativo en la Facultad de Derecho. Algunos de estos cursos, sobre el sistema federal argentino, el régimen municipal o la libertad de sufragio, fueron magistrales. Las versiones taquigráficas de dichas clases fueron posteriormente compiladas en la obra Curso de Derecho Constitucional.
Esta faceta de publicista, además de docente y buen orador, sería una de las más destacables de su actuación pública. Siendo Rector del Colegio Nacional (entre 1876 y 1888), Estrada pronunció discursos memorables.
A partir de 1880, debió ocuparse de asuntos que le merecían mayor atención. Transcurría la primera presidencia de Julio A. Roca, y en el país se vislumbraba una fuerte corriente de pensamiento anticatólico. Comenzó entonces una lucha publicística sin cuartel en defensa del catolicismo, desde el periodismo y desde la tribuna.
En septiembre de 1894, la enfermedad lo venció y falleció en la capital paraguaya. Murió en Asunción (Paraguay) el 17 de setiembre de 1894.
Fuente: http://www.mendoza.edu.ar/efemerid/9_estrada.htm